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jueves, 12 de junio de 2014

DIA 18:LA CIBERPREHISTORIA

Etapa 17: P. N. de la Vallée dÓssau – Lannemezan 100 Km
Salida: 08:00
Llegada: 18:00 
Acumulado: 1182  Km

¿Os acordáis de una película de Paco Martínez Soria que se titulaba “La ciudad no es para mí”?
En ella se narran las andanzas de Don Agustín Valverde (Paco Martínez Soria) natural de un pueblecito llamado Calacierva, que nunca ha salido de su pueblo y un día decide visitar a su hijo Agustín que vive en Madrid. Don Agustín nos hace reír a todos haciendo de pedazo baturro cabezón que no se entera en la capital y que las va liando pardas allá por donde va.


Pues para liarlas pardas Adolfo que a veces es más corto que tirarse en puenting desde una pirámide.
A diferencia de Don Paco nosotros no hemos llegado a la capital y nuestro amigo si es hombre de mundo (que sus viajecitos se ha pegado), pero en lo que se refiere a cibertecnológias a Adolfo a cazurro no le gana nadie, ni “Don erre que erre”. Porque el chaval desde pequeño es tan cabezón, que le tenían que coser los jerséis puestos. ¡Tal cual! Ahora os cuento.
Amanecimos tempranito en algún lugar bellísimo al norte de los Pirineos. A saber???
Desayunito montañero, ajustes bicicleteros y a la “route”, como dicen los gabachos.
Todo bien en lo que se refiere a la ruta. Carreteras espaciosas, coches que respetan a las bicicletas y paisajes de enorme belleza.
Genial  hasta que paramos en un pueblo, de nombre impronunciable (creo que souloumou), nos dirigimos a una cafetería con wifi para comunicarnos con España y… pásmate, el teléfono no es capaz de usando la wifi del bareto enviar ninguna señal.
No pasa nada, pensó Adolfo, ha de ser problema de esta wifi.
Y vamos al siguiente pueblo para realizar la misma hazaña. Nos dirigimos a una cafetería con wifi para comunicarnos con España y… pásmate, el teléfono no es capaz de usando la wifi del bareto enviar ninguna señal.

Visión desde el teléfono del careto del Adolfo intentando encontrar la wifi. Suda más el tío que pedaleando.
Por cierto, ayer el premio a dónde está Tato, quedó vacante. No sabe ni Adolfo donde lo escondió.

Atención, así hasta cuatro cervecitas (cuatro bares) con lo que a las dificultades cibernéticas se unieron dificultades digitales y de equilibrio. Sin embargo el francés de Adolfo a cada birra mejoraba. Increíble ¿verdad?
Como no conseguimos nada dejamos para la tarde las conexiones, a ver si después de una siestecita  (y cinco cervezas) las cosas mejoraban.
Pero como Adolfo cuando quiere es más inútil que un abanico de papel higiénico tan poco consiguió por la tarde conexión alguna. Y es que en estas primeras horas en Francia Adolfo está más desubicado que un chupete en el culo. El hombre no da títere con cabeza.
Todo el día para mandar una comunicación y nada, imposible.
Al final desistimos y yo que, aunque no lo parezca, soy la fuerte en esta relación, le propuse que diera una llamadita telefónica que así por lo menos dábamos señales de vida. Como cabezón sí, pero ante una hembra agacha mucho la cabeza, accedió al consejo y finalmente vía telefónica conectamos con Spain.
Pues aquí nos encontramos, acercándonos a Toulouse, sin saber exactamente dónde, con ganas de dormir y desconectar de este día de ciberprehistoria, en el que Adolfo ni en un cíber fue capaz de conectarse con España.
La verdad es que el niño hoy está más jodido que un alpinista en un desierto, pero seguro que mañana espabila y cumplimos nuestros objetivos.
Mientras, aquí lo tengo haciéndose unos espaguetis en salsa boloñesa que “cheiran” de miedo. Por mi parte no sé qué coño de lubricante me ha echado que me ha dejado el cambio más grasiento que el teléfono de un carnicero.
En fin “tous por la patrie”.
Y confiando en que mañana sea un día más ciberguay me despido… ¡domani amici!

1 comentario:

  1. cuánta incertidumbre hoy....pues nada, de perdidos al río! hala!! daros un bañito y a ver si recuperas al Tato, la wifi, el idioma y el mapa!!! ji ji..pa'lante to ressto....

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