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jueves, 10 de julio de 2014

DÍA 46: DIOS PROVEERÁ

Etapa 42: Dragoraj - Donji Vakuf 80 Km
Salida: 10:00
Llegada: 19:00
Acumulado: 3217 Km


No es que las bicicletas seamos muy creyentes, la verdad. Más bien nos movemos entre un agnosticismo mecánico y un ateísmo ciclístico, pero lo que nos está pasando no tiene explicación.
De sobra es conocida la capacidad para olvidarse de las cosas que tiene el merluzo de mi dueño. Con deciros que en la adolescencia iba a la discoteca con un walkman, ¿aclaro bastante verdad?. Además su ofuscación en lo que al orden se refiere alcanza límites insospechados. Su frase es:

Joder, soy lo peor, ¿dónde habré dejado...?

Lo cierto es que hay cosas que no sabe si ha perdido o no las encuentra.
Eso le pasa con los parches. Se pasó dos días buscándolos y cuando ya los daba por perdidos le aparecieron en la bolsa de la ropa sucia. ¡Cacho guarro! Y el cabronazo pretenderá ponérmelos luego encima a mí.

En el listado de cosas extraviadas y jamás encontradas estaban:

  • Unas chanclas.
  • Una gorra.
  • Una camiseta.
  • Un bote de crema para los labios.
  • Dos mecheros.
  • Un bote de champú.
  • Un bote de crema solar.

Este surtido es lo que le daban a los militares de los EE UU para ir a Irak. Fijo.
Pero Adolfo debe tener un ángel hiperactivo, trabajando horas extras, que debe andar más estresado que Pinocho en un aserradero.
En la etapa de Toulon encontramos en una playa al lado de unas duchas unas chanclas Reef cojonudas, que visto que a las diez de la noche nadie reclamaba, Adolfo se agenció.
Hace un par de etapas en un refugio de montaña cerca de Nova Gorica el “jodio” se encontró una gorra Goretex buenísima que le viene con este tiempo inestable de maravilla.
Los champuses, cremas solares y demás repertorio droguero ya los va recuperando por los campings. (No os creáis que los manga, a tanto no llega. Únicamente juega a cadena de favores, yo me lo olvido allá y tu aquí…).
Y por último, la familia de la vieja de la vara le regalo una camiseta técnica de color verde que ya quisieran muchos corredores.
Vamos, que tenemos más suerte que un marrano estrenando lazo. Visto lo visto podemos ir así hasta la China. Volveremos llenos de artículos asiáticos.

Por lo demás la etapa fue rompe piernas, como siempre en los Balcanes.
A mí me dio por pinchar dos veces y a él una en pleno puerto, pero lo hemos superado.

Carreteras de Bosnia!

No os hemos puesto nuestro destino de hoy porque sinceramente no tenemos ni zorra idea de dónde hemos caído.
En estas idas y venidas Adolfo se ha montado un galimatías de carallo con el mapa. ¡Menudo Cristo!
Al final como andábamos más despistados que un pollo sin cabeza (y estábamos muy fatigados) nos hemos echado al monte a preparar nuestro campo base para descansar.
A ver si mañana nos situamos de nuevo.

Seguro que sí… chao, chao…



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